Cuando una empresa recibe un impagado y no puede recuperarlo, debe aumentar sus ventas para mantener su volumen de beneficios.
Aunque se adopten cautelas para evitar posibles impagados (por ejemplo, solicitar informes comerciales para asegurar la solvencia de los nuevos clientes) siempre existe el riesgo de que se produzca algún impagado. Y en ese caso, puede suceder que, tras las oportunas reclamaciones, no sea posible recuperar el importe no cobrado (por ejemplo, porque el deudor resulta insolvente).
Pues bien, si eso sucede es aconsejable que la empresa calcule las ventas adicionales que debe realizar para mantener el resultado de explotación previsto.
Y para realizar dicho cálculo no sólo debe tener en cuenta el importe no cobrado, sino también el margen bruto con el que trabaja la empresa y los gastos generados por el impagado (las comisiones bancarias o los gastos de reclamación, por ejemplo).
Por esa razón, si la empresa trabaja con márgenes bajos, el esfuerzo de ventas adicional que deberá hacer para recuperar el impagado será más alto.